Cuando el año tocaba a su fin se celebró la 77ª edición de la mayor de las convenciones de manga: el Comic Market, a menudo llamado de forma abreviada Comiket. Se trata de una especie de Expocómic pero a lo bestia, que se celebra dos veces al año (una a finales de agosto y otra a finales de diciembre) en el Centro Internacional de Exposiciones de Tokio, reúne a medio millón de visitantes a lo largo de tres días y, a diferencia del Expocómic, no consiste en grandes editoriales y tiendas especializadas que venden manga comercial. Más bien lo contrario.
Unos 35.000 grupos, conocidos como «círculos», se concentran allí para vender sus fanzines o dōjinshi, muchos de ellos de temática pornográfica (hentai). Es una forma muy común de darse a conocer, y de hecho son legión los dibujantes profesionales y conocidos en Japón y en Occidente que empezaron su carrera en algún círculo de dōjinshi. Por ejemplo, Ken Akamatsu, afamado autor de los harem mangas «Love Hina» y «Negima», también había dibujado algunos dōjinshi a finales de los 90 con personajes de diversas series (como «Sailor Moon» o «Card Captor Sakura») y la saga de videojuegos «Street Fighter».
Una característica de los dōjinshi es que, por su naturaleza, suelen tener una tirada muy limitada y no se suelen reeditar, de manera que en ocasiones su cotización entre los coleccionistas se dispara hasta diez veces el precio original.
Finalmente, el Comiket dispone de un catálogo para no perderse y saber qué se vende, dónde y cuándo. Desgraciadamente para el visitante extranjero, todo está en japonés, por lo que el conocimiento de este idioma se hace prácticamente indispensable para moverse con cierta soltura.
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